El pasado 10 de octubre se celebró el día mundial de la salud mental con el lema del 2020: “Moverse a favor de la salud mental: invirtamos en ella”. Esta conmemoración es una iniciativa de la Federación Mundial para la Salud Mental que recibe apoyo por parte la Organización Mundial de la Salud.
Para movernos en favor de la salud mental propongo que retomemos el lema que se conmemoró en el año 2017 y que reflexionemos sobre la salud mental en el trabajo. Según un reciente estudio, que hicieron en asocio Workplace Intelligence y Oracle, el año 2020, el que aún no termina, ya es calificado como el “más estresante de la historia de la fuerza laboral global”. Esto se concluye por el aumento en el agotamiento y la ansiedad de todos los trabajadores producto del confinamiento y de la incertidumbre sobre la estabilidad social y económica; asunto que se ha visto agravado por la pandemia.
En Colombia, desde el año de 1984, se contemplan los riesgos psicosociales como parte de las bases de organización de los sistemas de salud ocupacional del país y las empresas. A pesar de que este deber a cargo de las empresas, que consiste en identificar y atender la exposición de los trabajadores a las enfermedades de salud mental, existe desde hace más de 20 años, el temor generalizado de exponer los desaciertos en el liderazgo de las empresas ha conducido a que históricamente se trate con descuido y ligereza.

La exposición nociva que estos trastornos de la psiquis generan en los trabajadores pueden ser considerados tanto individualmente como colectivamente, pues las alteraciones de la mente no sólo afectan a las personas sino también a la consecución de sus tareas y en el impacto que tiene dentro de la armonía laboral de la cadena de una actividad productiva.
Quienes generan empleo pueden encontrar que una sana salud mental de sus trabajadores, además de generar resultados personales y sociales para ellos y sus familias, reduce las ausencias, disminuye los días perdidos de trabajo, incrementa la productividad, reduce los costos y mejora las estadísticas por los siniestros de enfermedad o accidentes laborales.
Con las medidas de aislamiento selectivo las instituciones laborales en Colombia han promovido adaptar las medidas de vigilancia y control a las actuales condiciones del trabajo en casa y a la atención de la pandemia. Se han ampliado los canales no presenciales de atención para que a través de asistencia psicológica remota se pueda cuidar la salud mental de los trabajadores, sean prevenidas las situaciones de estrés y se intervenga oportunamente para resolver los problemas y trastornos mentales que se reporten.
Los empleadores están en el deber de adoptar acciones que ayuden a que sus trabajadores alcancen el bienestar físico y mental, con estrategias que fortalezcan la inteligencia emocional de las personas, les enseñan tácticas de manejo del estrés, además de que se les debe garantizar la desconexión para que disfruten del tiempo de ocio e integración familiar.
Mientras que el Ministerio del Trabajo publica el software del que todos los empleadores dispondrán para realizar la aplicación de manera virtual de la batería de riesgo psicosocial en www.fondoriesgoslaborales.gov.co, las empresas deberán mantener los esquemas de monitoreo permanente de la salud mental de su equipo de trabajo.

La advertencia es que estamos a tiempo de ofrecer mayor cuidado a nuestra salud mental, evitando así que se alcance el gran impacto que ha sido advertido para la productividad global y la vida de las personas. El camino para mejor cuidarnos está en dejar de lado los estigmas, reconocer con afecto una vez los trabajadores y compañeros requieran ayuda, buscando finalmente que todos como personas aprendamos de la adaptación al cambio y de la manera como resultaría posible abrazar la incertidumbre.